Parece que el Gobierno de Panamá tiene un pequeño libro rojo, en el que el presidente ha escrito todo lo que no debe hacer y prometer en campaña. Similar libro tenían en la época comunista de Mao, cuando los adlátares repetían como papagayos los pensamientos inertes y vagos de su líder. Tuvo que venir una nueva revolución para evitar la destrucción de China y contener las hordas que casi queman la Ciudad Prohibida y por poco acaban con ese pujante país.
Igual sucede en Panamá, solo que acá usan al "chacarito" y las redes sociales pagadas desde la Presidencia y de las planillas brujas de la Asamblea, donde acaban con la vida, honra y reputación de todo aquel que no comulgue con el Mao panameño. Nuestro país, producto del descontento, está a punto de explotar del odio y la persecución que proyectan los recalcitrantes anarquistas y los resentidos copartidarios que ven su reinado desvanecerse de lo que pensaron sería una repetición del fraude del 2014, ya que ni con este ni con la descomposición de los otros partidos podrán contener la avalancha de votos en contra que les viene en el 2019.
Cuando un gobierno se vende como honesto, pero el 92% lo percibe como corrupto, es por tener un doble discurso de perseguir a los opositores y por el mismo hecho él sale inmune. Allí vemos a Jaime Lasso, quien no está preso por tener más de 65 años, pero "Pipo" Virzi, con 74, ¿sí pudo estarlo? También está el caso de Frank De Lima, acusado por ser presidente de una directiva, y el resto ni indagados han sido por el traslado de partidas, y a Dulcidio de la Guardia no le han preguntado nada. En fin, ese doble estándar es lo que más irrita a un pueblo que está harto de que sus gobernantes les mientan.
Vendrán muchas pruebas de fuego y veremos cómo la selectividad impera a favor de unos y en perjuicio de otros. Lo más patético lo veremos en más casos, pues lo mismo habrá que aplicárselo a Varela o bien sea a Jaime Lasso o Dubois.
La hipocresía comunista es la que ha hecho que esta doctrina no funcione. Igual sucede con los gobiernos hipócritas que predican una cosa y hacen otra. Una mujer está o no está encinta. El problema aquí es que Varela y el Gobierno son como las mujeres medio encinta, por eso nadie les cree, ya que todo es odio, selectividad y persecución. El librito rojo, acá morado, denota una falta de respeto a todos los ciudadanos. O se es o no se es, no hay paños medios.